Melina Furman dejó muchas enseñanzas. Qué decía sobre los elogios a los chicos
"Que haya algunos momentos en los que los chicos se aburren, sin llenar rápidamente el vacío con propuestas o pantallas, puede ser algo muy positivo para su crecimiento".
Esto sostenía Melina Furman, bióloga, máster y doctora en Educación e investigadora del Conicet, quien murió días atrás por un cáncer.
En redes sociales siguen los mensajes por el fallecimiento de Merlina, querida y respetada por su labor.
Uno de los temas que abordó fue el de la situación de niños, niñas y adolescentes.
"Tenemos que estar atentos a cuando los chicos nos dicen basta, cuando están extenuados, cuando esa chispa del aprendizaje se va perdiendo porque están sobre-demandados. Es importante que los chicos tengan tiempo sin actividades planificadas, incluso para que puedan aburrirse un rato si hace falta. Porque eso abre la puerta a que tengan que generar cosas propias", expresó en una de sus apariciones.
Consideraba que "no todos los elogios ayudan" a los chicos, e incluso "algunos pueden ser contraproducentes".
Merlina ha comentado que las investigaciones muestran que elogiar la inteligencia o el talento de los chicos "genera todo lo contrario" a lo pensado, porque "empiezan a no querer defraudarnos a nosotros o a su propia imagen de sí mismos", dejando de lado actividades que los desafían porque consideran que mejor es ir a lo seguro.
En lugar del elogio, sostenía que había que enfocarse en apoyos como “¡Qué bien, se nota que trabajaste mucho!” para que sientan el control del proceso.
Merlina legó una de las mejores enseñanzas.
"La empatía es uno de los aprendizajes más importantes que podemos dejarles a nuestros hijos hoy, porque nos ayuda a vivir en comunidad", dijo, en un contexto en que parece que se va en la dirección contraria.
Que descanse en paz.
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