8M Movilización contra la avanzada anti derechos
Es mañana, desde las 18 en Plaza Centenario
Uno de los problemas comunes en muchas mudanzas tiene que ver con las mascotas.
Mudarse de casa puede ser estresante para los gatos, ya que son animales territoriales y sensibles a los cambios.
Especialistas recomiendan que antes de llevar a los gatos a la nueva casa, se prepare un espacio cerrado con sus objetos familiares, lo que les dará un lugar seguro mientras se adaptan.
También, transportar objetos que ya tengan su olor, como mantas o camas, para que se sientan más cómodos en el nuevo entorno.
Hay que transportarlo al gato de manera segura, con una manta con su olor adentro y cubrir el transporte para que no vea el movimiento.
El ruido y la actividad al llegar al nuevo espacio pueden asustarlos.
No hay que soltarlos de inmediato por toda la casa, sino que vaya recorriendo por áreas.
También sugieren el uso de feromonas sintéticas.
Es importante acompañarlo en sus primeras horas en la nueva casa. En su nuevo hogar, no hay que sacarlo en los primeros días. El interior debe ser su espacio seguro.
Al patio al exterior, tiene que salir después de unos días, preferentemente a la mañana o al atardecer –o en otros horarios tranquilos-, con compañía, para que se sienta protegido.
Ya en el patio, irá gradualmente recorriendo el lugar.
Recomiendan marcar el patio con su olor, por ejemplo frotando una manta que tenga su olor en algunas áreas del espacio exterior. Así las reconocerá como parte de su territorio.
A los gatos les gusta tener sitios donde esconderse, por lo que un refugio siempre vendrá bien.
En los primeros tiempos, hay que evitar que salga sin supervisión, ya que hasta no adaptarse al entorno, puede querer intentar regresar a su antigua vivienda, o bien desorientarse.
Es bueno fomentar su vuelta hacia el interior, con premios que le gusten.
Colocar un collar con identificación es siempre bueno, ante el riesgo de que se pierdan.