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Qué dicen en el laboratorio donde estudian la vida después de la muerte

Un pequeño grupo de científicos estudia el tema en Estados Unidos. En esta nota de Fibra te contamos lo más sobresaliente de un extenso informe de The New York Times

Imagen de la División de Estudios Perceptivos de la Universidad de Virginia, una de las unidades de investigación en parapsicología más destacadas del mundo. Foto de Matt Eich para The New York Times

En un laboratorio de la Universidad de Virginia, EE.UU., científicos investigan experiencias extracorpóreas, estados alterados de la conciencia y el recuerdo de vidas pasadas.

 

The New York Times publicó un largo artículo sobre lo que allí se analiza. El medio de comunicación indicó que el equipo registró cientos de casos de niños de distintas partes del mundo que afirman recordar vidas pasadas. 

 

“En el laboratorio del sótano hay una jaula de Faraday revestida de cobre, que se usa para evaluar experiencias extracorpóreas, y cabezas de maniquí de gomaespuma con electroencefalogramas. Arriba de la Biblioteca Ian Stevenson (con más de 5.000 libros y escritos sobre vidas pasadas) hay una vitrina con cuchillos, espadas y mazos, armas descriptas por niños que recuerdan un final violento en una vida anterior”, detalló el medio.

 

Como donde se encontró la mayor cantidad de niños que afirman recordar vidas pasadas fue en el sur de Asia, donde muchos creen en la reencarnación, críticos desacreditan los estudios.

 

Entre los rasgos comunes de los niños que afirman haber tenido una vida anterior está la precocidad verbal y unos manierismos discordantes con los del resto de la familia. También se cree que se transfirieron fobias o aversiones inexplicables de una existencia pasada. “En algunos casos, los recuerdos son muy claros: nombres, profesiones. peculiaridades de un grupo diferente de parientes; particularidades de las calles en las que vivían; e incluso recuerdos de oscuros acontecimientos históricos: detalles que el niño no podía conocer”, reseñó el citado diario.

 

En los primeros años, previo a Internet, se registraron más de 2.500 casos de niños que recordaban vidas pasadas. Hoy están digitalizando esos archivos.

 

Cuentan que los casos más fuertes se encontraron en niños menores de 10 años, y la mayoría de los recuerdos tienden a producirse entre los 2 y los 6 años, edad a partir de la cual parecen desvanecerse.

 

La media de tiempo entre la muerte y el renacimiento es de unos 16 meses. “Muy a menudo, el niño tiene recuerdos que coinciden con la vida de un familiar fallecido”, apuntó The New York Times.

 

En el laboratorio reciben muchos mails de padres en relación con algo que ha dicho su hijo. Rara vez se tiene en cuenta los relatos de los adultos. “No son nuestro principal interés, en parte porque, como adulto, estuviste expuesto a muchas cosas”, explicó uno de los entrevistados.

 

Sobre si los padres pueden estar buscando llamar la atención, una de las fuentes contextualizó que “a la mayoría de ellos no les interesa que nadie lo sepa, porque es algo embarazoso, o les preocupa que la gente piense que su hijo es raro”.