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Una larga nota de The New York Times se adentra en el misterio de la enfermedad. El riesgo de la contaminación atmosférica. Los avances en el tratamiento.
Una nota escrita por Nina Agrawal en The New York Times da precisiones sobre el estado de avance en las investigaciones sobre cáncer.
Se consigna que, aparte de las mutaciones del ADN, hay otros factores que alteran cómo se expresan los genes. Son cambios epigenéticos y los científicos descubrieron que desempeñan un papel muy importante en el desarrollo del cáncer.
Los científicos no comprenden del todo qué provoca los cambios epigenéticos, pero se cree que inciden el envejecimiento, las exposiciones dietéticas y ambientales, y la inflamación crónica.
El largo informe precisa en uno de sus párrafos que algunas investigaciones emergentes hicieron saltar las alarmas sobre los riesgos de la contaminación atmosférica, los microplásticos, y las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, o PFAS.
Las pruebas son más sólidas en el caso de la contaminación atmosférica. Se demostró que las partículas finas, conocidas como PM 2,5, aumentan el riesgo de cáncer de pulmón y de mama, según dijo Loretta Erhunmwunsee, profesora asociada de cirugía torácica en City of Hope, una organización de investigación y tratamiento del cáncer.
Loretta apuntó que “el contexto social realmente influye en muchos de los resultados del cáncer que observamos, e incluso en el propio desarrollo y riesgo de cáncer”.
Durante años, la ciencia buscó sustancias químicas en nuestra dieta y nuestro entorno que causaran mutaciones genéticas. Cada vez está más claro que si tales exposiciones afectan nuestro riesgo de cáncer, probablemente lo hacen provocando inflamación, no dañando directamente el ADN, como explicó Robert Weinberg, profesor de biología del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
La inflamación también puede promover el cáncer en células que ya mutaron.
La referida nota indica que “el cáncer no es solo un grupo de células anormales que crecen de una forma que no deberían. Los científicos reconocen ahora que los tumores son tejidos complejos formados por células cancerosas y células normales que fueron reclutadas para apoyar su crecimiento”.
“Muchas de estas células normales son el mismo tipo de células inmunitarias que inundarán el lugar de una lesión o infección para ayudar a curar esa herida, contribuyendo a que se multipliquen nuevas células, generando vasos sanguíneos, estimulando nuevo tejido conjuntivo y evitando los ataques de otras partes del sistema inmunitario. Se trata de capacidades que las células cancerosas pueden cooptar indefinidamente para apoyar su propio crecimiento”, se describe.
Pese a los avances, la nota periodística marca que “gran parte del modo en que los tumores hacen metástasis –se extienden y se establecen en lugares lejanos– sigue siendo un misterio”, como dijo Kevin Cheung, profesor asociado de hematología y oncología del Fred Hutch Cancer Center de Seattle (Washington). Sus investigaciones demostraron recientemente que las células muertas y moribundas de un tumor pueden crear un entorno que facilita que las células tumorales vivas salgan y se propaguen. Otras investigaciones sugieren que las células inmunitarias podrían transferir su contenido a las células tumorales para hacerlas más invasivas.
Los factores de riesgo
Los epidemiólogos calculan que el 40% de los cánceres, y un porcentaje similar de las muertes por cáncer, pueden atribuirse a factores de riesgo que la gente puede abordar. El mayor de ellos es fumar cigarrillos, y también están la exposición al sol, el consumo de alcohol y el exceso de peso corporal.
El abordaje
En cuanto al abordaje, hoy los oncólogos tienen una idea más clara de quién puede beneficiarse de la quimioterapia –que administra toxinas que matan las células sanas además de las cancerosas– y quién puede beneficiarse de un tratamiento con objetivos más específicos, como un fármaco que ataca una proteína defectuosa concreta en un cáncer.
Los médicos también disponen de mejores tratamientos gracias, en parte, a una comprensión más avanzada del papel del sistema inmunitario en el cáncer.
Pese a todos los desafíos que persisten, el informe refleja que “las tasas de mortalidad por cáncer fueron en picada durante los últimos 30 años. Ahora disponemos de medicamentos dirigidos contra los genes causantes del cáncer que durante mucho tiempo se consideraron imposibles de tratar”.
Hoy, algunos cánceres “son más parecidos a la diabetes, una enfermedad complicada que puede tratarse con efectos secundarios manejables”.
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