"Hay tóxicos que quedan 200 años y todo eso va a repercutir en las generaciones que vienen"

Problemas del medio ambiente -como la pérdida de biodiversidad, de especies, el cambio climático- se relacionan a la salud ambiental. 
"Los días de mucho calor aumentan los paros cardíacos, esto está súper estudiado. Los días de mucho frío impactan en la cantidad de personas en situación de calle que fallecen. Las inundaciones traen un montón de enfermedades vectoriales. Estamos en una situación complicada; creo que todos tenemos la posibilidad de convertirnos en actores o en actrices claves para poder mejorar las situaciones y no siempre delegar el problema a que se encargue una persona que sea científica, porque en realidad es el cuidado de la casa y del bien común", señaló Lara Buthet, directora del Equipo Interdisciplinario de Salud Socioambiental (EISS) e integrante del Centro de Investigación y Transferencias de Villa María (CIT VM), dependiente del Instituto de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Villa María.

Un equipo está estudiando las enfermedades que pueden venir del ambiente, la contaminación atmosférica, contaminación de suelo, contaminación de agua. Estudian "las comunidades más vulnerables, que son los niños, las comunidades con desigualdad socioeconómica y cultural, y las personas adultas ancianas o adultos mayores", y también la posibilidad de que la toxicología ambiental quede en el ambiente para las generaciones futuras. "Hay tóxicos que quedan 200 años y todo eso va a repercutir en las generaciones que vienen", advirtió.

"Al mismo tiempo buscamos prevenir, en el caso de que se pueda prevenir, y mitigar, en el caso que se pueda mitigar", dijo Lara en una entrevista realizada en “Diálogos en la Uni”.

Calidad del suelo en un barrio de Villa María 
Para su beca de postdoctoral, Buthet se encuentra analizando la calidad del suelo del basural del barrio Botta en Villa María, barrio en donde hay jardines de infantes. 
Allí analizó metales pesados en suelo, bajo la dirección de Miriam Virgollini (Universidad Nacional de Córdoba) y "tiene indicadores ecológicos vivos, que son unos gusanitos en donde lo que estamos haciendo es exponer en los suelos del jardín y del basural para determinar si el suelo puede llegar a producir daño", precisó la profesional. 

 

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