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Antonieta, sensibilidad y destreza en el aire

Acróbata, es parte de un circo y el verano pasado integró una obra de teatro en Carlos Paz. Con Fibra habló de lo que siente, cómo se entrena y alimenta, y cómo inició su camino como artista

Fotos cedidas por Antonieta para Fibra. Algunas son de Luis Frontini

"Siento una libertad total", dijo María Antonieta Cacciavillani a Fibra cuando le preguntamos qué es lo que sentía cuando estaba en escena, en acción.

A los 18 años empezó a entrenar y hasta entonces desconocía qué le depararía el destino. A sus 24 comenzó a dar clases de acrobacia en tela y los caminos de su profesión se fueron abriendo.
Todos los fines de semana, es parte de un circo. El verano pasado integró un espectáculo de teatro en Carlos Paz.

Acróbata, artista, mujer en el aire. 
"Me daba cuenta que tenía gran flexibilidad, movilidad articular, que me permite un rango de movilidad mayor, pero lo tengo que entrenar todos los días. Lo acompaño con gimnasio para estar fuerte y evitar lesiones", dijo, comentando que en su infancia y adolescencia este presente no estaba en sus planes.

Tiene mucha disciplina, laburo, buena alimentación. En la charla con Fibra quedó reflejada su pasión por esta actividad, la que le dio "mucha seguridad" personal.
"Empezar a practicarla me dio confianza en mí misma. Era una chica para adentro", confió.
Claramente tiene las condiciones físicas que le posibilitaron brillar, pero en la nota mencionó al pasar la importancia del carisma. "No es lo mismo ver un artista apagado, que uno que lo da todo, que capaz que no esté tan prolijo, que le falte algo de técnica pero lo da todo. Darlo todo, es por ahí", subrayó. 


La comida y el entrenamiento 

 


"Me gusta comer, y me gusta comer bien, de todo. De piba no te comía una cebolla. Dame milanesas con puré", recordó riéndose. "Ahora te como verduras; a la mañana dos huevos, tostada, palta, alguna mermelada, un quesito crema. Me despierto con hambre y me como todo, tomo un café con leche. De ahí salgo a entrenar", precisó.

Aunque busca incorporar carnes, no le llama tanto, "pero trato de hacerlo porque sé que hay que meterle, como también legumbres y verduras de muchos colores".

 

 

Libertad
"Sí, la mente está pero sentís una libertad total, sos libre", definió cuando le preguntamos si al estar en escena logra apagar la mente.
"Es muy mágico", definió, mencionando que desde el aire ve a todas las personas que asisten a los espectáculos "chiquitas".

Sobre los estados de ánimo, comentó que "el artista es muy sensible", que hay días en que saluda y tiene ganas de llorar.
Experimentó actuar engripada o con fiebre y percibir que las molestias físicas desaparecen.
No es una mujer de miedos. "No se me cruza por la cabeza la posibilidad de caerme", resaltó, ante un comentario que le suele llegar. Igual cuando le dicen que está flaca, como sinónimo quizás de debilidad física. "Me siento fuerte", aclaró. Obviamente, trabaja su cuerpo en pos de prevenir lesiones.

 


El circo y el teatro
Entrena desde los 18, a los 24 empezó a dar clases de acrobacia con tela y con aro.
Después apareció el Circo Milenium.
"Es una vida al aire libre, a la intemperie, es mucho laburo, es un circo chico, común", precisó.


Los viernes viaja para sumarse a la función del sábado. Cuenta con una casillita para ella y ahí además de participar del espectáculo vende copos, como para tener otra moneda.
"Los que se bancan la movida son los que viven ahí, es su vida. Soy la única empleada", relató.

 


Viene de un verano de temporada teatral en Carlos Paz. Amistades le suelen pasar avisos de casting y así llegó a presentarse, y quedó. Recordó esa "mañana hermosa" en Carlos Paz cuando llegó al lugar, el conocer gente, y la alegría de encontrarse en ese mismo casting con Romina Miranda, "una persona tan especial que marcó" su camino años antes.

Así, hizo teatro. "Fue una hermosa experiencia, fue compartir con bailarines, con figuras grandes. Fue hermoso y se aprende mucho", graficó, destacando el vínculo con Romina.


"Prueben"
¿Qué le dirías a una nena que le gusta esto? "Que pruebe, que aproveche", respondió.
Al final de la entrevista, dijo que es importante "saber escuchar el cuerpo, respetar sus tiempos, porque no todos los días vamos a estar igual, hay días en que estamos más cansados".
Recomendó "prestar atención a lo que necesita" el cuerpo.
"Después de entrenar me tengo que estirar, necesito una etapa de relajación pos movimiento, tener calma después del ejercicio", confió la artista, que abrió su vida para Fibra en la primera semana de este medio de comunicación.

 

Textos: Diego Bengoa

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